El sábado y domingo, 20y 21 respectivamente, la compañía 3º Izquierda con la obra Antígona o la felicidad, dirigida por Pedro Casablanc aterrizó en el Cánovas con un lleno bastante sorprendente.
La obra, debidamente agraciada en cuanto escenografía y cuadros, sugirió en un principio un decadente ritmo que aburriría y haría bostezar a cualquier individuo una noche tan activa como puede ser la de un sábado. La verdadera tragedia no era la obra en sí, ni la felicidad sucumbida ante el horror y la fuerza de Antígona, sino la interpretación de Antígona así como de Ismene… y no sigo con la lista porque, exceptuando al propio Casablanc que hizo el papel de Creonte, todo se sumergió en una interpretación digno de primeros cursos de escuela de arte dramáticos. Movimientos injustificados, poca pulsión dramática y excesivos efectos de sonidos que hacía extraerse de la línea narrativa.
Quiero destacar varias cosas, tanto lo sumamente negativo: un coreografía techno injustificada, ante la entrada de Antígona en escena, y otra positiva, la interpretación correcta y seria de Casablanc, impulsando una fuerza que anulaba los demás personajes, así como el final, muy sugestivo y sorprendente.
La obra, debidamente agraciada en cuanto escenografía y cuadros, sugirió en un principio un decadente ritmo que aburriría y haría bostezar a cualquier individuo una noche tan activa como puede ser la de un sábado. La verdadera tragedia no era la obra en sí, ni la felicidad sucumbida ante el horror y la fuerza de Antígona, sino la interpretación de Antígona así como de Ismene… y no sigo con la lista porque, exceptuando al propio Casablanc que hizo el papel de Creonte, todo se sumergió en una interpretación digno de primeros cursos de escuela de arte dramáticos. Movimientos injustificados, poca pulsión dramática y excesivos efectos de sonidos que hacía extraerse de la línea narrativa.
Quiero destacar varias cosas, tanto lo sumamente negativo: un coreografía techno injustificada, ante la entrada de Antígona en escena, y otra positiva, la interpretación correcta y seria de Casablanc, impulsando una fuerza que anulaba los demás personajes, así como el final, muy sugestivo y sorprendente.
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