Oye mi ruego tú,
dios que no existes,
y en tu nada recoge están mis quejas,
tú que a los pobres hombres nunca dejas
sin consuelo de engaño. No resistes
a nuestro ruego y nuestro anhelo vistes.
Cuando tu de mi mente más te alejas,
más recuerdo las plácidas consejas
con que mi alma endulzóme noches tristes.
¡Qué grande eres, mi dios! Eres tan grande
que no eres sino idea; es muy angosta
la realidad por mucho que se expande
para abarcarte. Sufro yo a tu costa,
dios no existente, pues si tu existieras
existiría yo también de veras.
Miguel de Unamuno
True Detective.
-
Resecos los ojos de no querer pestañear mientras te adentras en *True
Detective. Antología de lecturas no obligatorias*. Esperan otros quehaceres
pero que...
Hace 10 años
No hay comentarios:
Publicar un comentario