Es domingo y me despierto.

¿Escribiendo en la mañana? Hoy me he despertado.. no a besos, no a abrazos, sino sólo de nuevo... de eso no cabe duda...

Antes de sentir el leve click que te hace despertar, en el dormitorio entraban borbotones de alguna sustancia olorosa... era.. era incienso y a los 3 segundos, como si una cuenta atrás para un disparo se tratase, suena el himno de España...

Me quedo sin respiración, mi corazón palpita, el volumen es lo suficientemente alto como para no dejar dormir. ¿Tendré la banda a los pies de la cama? No, cercioro con un movimiento de pierna que no es así.

Presiento que sé cual es mi aberración hacia el himno... Mi subconsciente, entre el incienso y el himno... cree que el contrasentido nacional- catolicismo aún sigue vigente en la Sevilla Mariana del siglo... XVI.

No sólo una vez sonó, sino cinco veces cortado en el chan ta chan ta ta chan... ahí mismo. CINCO VECES MÁS y el silencio no estaba presente entre ellos sino tambores y campanas.

Lo siento pero no me pienso levantar escuchando eso... Esperaré a lo dejen...

10.30... 11.00 ... 11.30... 12.15..

Uff menos mal. y ahora enfrentarme a ellos en plena calle abierta, únicamente para una labor de ciudadano común... comprar prensa y pan.