jueves, septiembre 15, 2005

Una cuestión de tecnologías...


Tal como viene pasando en los últimos 30 años, la tecnología y la búsqueda de las mejoras en la implantación de éstas en nuestro asuntos generales y particulares, de lo internacional a lo íntimo, genera en primer lugar una primera intención razonable y necesaria hacia lo positivo, para luego pasar a una discreta mejora y después a una incomodidad que parece solo ser mejorable si es de pago. Nos sorprendemos que la tecnología del CD proviene de los años 60-70, y que la UNESCO lo exaltara dentro de los valores de la humanidad para atesorar infinita información, (hasta entonces lo mejor que existía eran las tarjetas perforadas), y como los invernaderos servirían para paliar la hambruna en África, ya que las condiciones más óptimas se podrían recrear controladamente. Todo suena realmente bien pero los invernaderos le sirven al España para ocupar el mercado y no dejar entrar las verduras marroquíes. Yéndonos al uso de la informática, encontramos gratuitamente miles de servidores, programa para consumir de todo y comprar de todo pero encontramos un imposible si queremos un programa que automatice nuestros archivos de documentos, lo más recreamos un archivo tradicional de fichas en un listado. Pensamos que un programa de hace 15 años podía maquetar un libro con un puñado de Hertzios de potencia y ahora no podemos trabajar de una forma continua si no tenemos 2,8 MHZ. ¿Es esto avance tecnológico? Más bien es dar un paso adelante y dos para atrás, porque cuando tuvimos el coche, nos deshicimos del caballo, y ahora el coche no funciona bien, ni coche ni caballo.

Los fabricantes de ordenadores hacen discretos avances que venden cada tres meses, sin posibilidad de marcha atrás. El mercado exige esas formas de las que nada ni nadie protege al usuario, nadie obliga a cambiar sistema operativo, con todo lo que implica, aunque el nuevo sistema contenga errores de todo tipo. Entendemos que lo único que interesa es que se compre, y se compre. (la economía). Si observamos las empresas de nuestro alrededor, vemos que funcionan mucho más precariamente desde que estamos bajo windows que cuando estábamos bajo IBM, curiosamente no hay director administrativo que no lleve una contabilidad básica escrita a mano y de la que no se apartan.

Quiero llegar a la conclusión de que la tecnología no es el problema, sino el uso que se genera de ella, la investigación en manos del mercado, buscando modelos para reducir mi ordenador lo antes posible, para obligarme a comprar un ordenador que al cabo de seis meses, menos que un curso escolar, ya es de antepenúltima generación.

D. Romero

No hay comentarios: