lunes, agosto 24, 2009

Otoño 2004, bus línea 13, Lunes 23.40.

Una mujer de 48 años está sentada frente a un hombre de mal aspecto de unos 59 años. Él, sin afeitar, viste una camisa deshilachada y un pantalón vaquero carcomido por el uso. Ella, una camiseta de publicidad y un pantalón de chándal llamativo ceñido a su ancho cuerpo.

Ella entre sus manos sostiene una bolsa amarilla con algo dentro pero su forma es difícil de determinar puesto que la mueve con cierto nerviosismo.

Tras hablar ambos de forma casi ininteligible sobre la legalización de las drogas…

Ella: ¿lo que le venden a mi hijo qué es?... ¿la heroína es marrón, entonces que es?.... ¿adulterada?

El responde con cierta neutralidad, no se le escucha, mira de reojo la marca que deja en los pantalones la entrepierna de ella.

Al poco tiempo comienzan a hablar sobre religión…

Ella: … No sé, por un lao los testigos de jehová, por otro estos de….

El: ¿evangelistas?

Ella: Eso, los evangelistas, yo no sé que es mejor.

Una vez más no se le entienden.

Ella (señalando la calle por la ventanilla) : El otro día por aquí me dieron un tirón del bolso y por poco me rompo el dedo para no perderlo, este barrio está fatal. (Refiriéndose a Pino Montano)

Comienza a quejarse y el viejo le habla muy cerca.

Ella: ¿Mi hijo se merece estar donde está? ¡Que pena, coño! ….

El viejo sigue hablándole.

Ella: Pues mañana, lo mismo ni lo recojo… Mañana tengo el médico, a ver esta vez que es lo que me dice… … ¿Pues sabes lo que te digo? Que le den por culo al niño… (Cambiando de tonalidad) ¿Tu cuantos años crees que tengo?

El viejo ofrece una negación con la cabeza.

Ella: Pues 45 años y el día 19 es mi cumpleaños, mira que plan… vaya cumpleaños que voy a pasar… ¿y tú? ¿Cuántos años tienes?

El: ¿Cuántos crees? 59 años, mira mi calva – se quita la gorra y se la vuelve a poner.

Buscan un bar, me preguntan si queda lejos la carretera Carmona… Ven un bar pero está cerrando.

Ella: Vaya, parece que este barrio cierra pronto… Mira, estamos de suerte hay otro abierto. Venga bájate, yo te invito una cerveza y seguimos hablando…

Bajan ambos del autobús hacia el bar.

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