Tras el furor de la trilogía “de culto” (según la librería de Opus Dei, BETA) del difunto Stieg Larsson, y tras varios hechos acaecidos criticaré varias cosas.
No por mucho vender son mejores los productos. El éxito y el mercado no puede regir las directrices de la literatura. La misma Real Academia de la Lengua nos define el término “Best Seller” como “libro o disco de gran éxito y mucha venta”. Estamos presenciando como la novela comercial está ganando terreno, no sólo en las librerías, sino en la entrada del corte-inglés, en las puertas de la FNAC, en las manos de un señor que los vende en la plaza de El Salvador…
Los escritores best seller venden mucho, y en muy poco tiempo… ¿No huele mal esto? Como dice el diario Clarín, a estos fulanos debería etiquetárselos como “fast seller”. No obstante el dilema eterno sigue sin resolución: ¿el best seller es un libro, un género, un autor?
Qué importa si es dramático, una comedia, ficción o no ficción. Lo importante es que venda.
John Irving, un reputado “escritor de masas”, dice que “la responsabilidad estética del arte es entretener”…
Y yo digo: ¡Y un cuerno!
La responsabilidad estética del arte queda en la percepción siempre variable del sujeto que observa o participa en el arte.
En fin…
1 comentario:
Gabriel García Márquez, antes de ser pervertido por las editoriales, tardó 8 años en escribir "el otoño del Patriarca". Creo que el mal endémico de la literatura de hoy son las editoriales, las cuales prostituyen al arte con sus mareantes cifras y el producto no llega al lector despojado un interés económico. Al hilo de todo esto, tengo un enlace interesante:
http://www.elcultural.es/version_papel/LETRAS/14195/Los_contratos_millonarios_enturbian_el_mercado_literario_por_exceso_y_por_defecto
Échale un vistazo, y verás para qué ha quedado el arte de escribir, en un negocio de tres, como las inmobiliarias.
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