Tomo un taxi para ir a la estación de tren. En su radio leo MARCA FM, en fin, repongo en mis orejas los auriculares del ipod. Bueno la melancolía en la que te puede sumergir mi ipod en este momento no es motivadora para una mañana de domingo. No exageremos las cosas. Le doy a la ruedecita… bajo el volumen. Tecleo el círculo, muevo circularmente mi dedo…a ver si vuelve el track… Ya otro track.
1…2…3…4…5 euros y comienza a hablar sobre la seguridad de los autos en plenos siglo XX, que si el plástico, que si la tecnología… si las chispas hacen que ardamos…
Parece que además de existir un límite de agradecimiento existe un limitador de cantidades en las que cada sobrepasada una cantidad habla, en otra mira, en otra ¿abrazará? ¿te entenderá?…
4.97 silencio.. 5.00 € y comienza a hablar ¿será eso una simbología de gratitud consumista?
… Para de hablar…
El taxímetro marca 6.50 € y comienza a hablar de nuevo… ¿de qué estaba hablado ahora?
Esto es una revancha a los problemas de EL PAIS que me está creando un serio dilema de lógica y “autoquerencia intelectual”.
El país:
El señor aceituno se dirigió a la ferretería local donde le dijeron que 1 le costaría 0.50 €, 12 le costaría 1€ y que el precio de 144 era 1.50 €.
¿qué estaba comprando?
Hace 10 años
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1 comentario:
Sacate el carnet, verás como dejas de oir conversaciones absurdas de taxistas y te encuentras con conversaciones " moradas" de tus buenos colegas como yo. Ni benadol ni nada... Jaime, llevame a mi casa que no puedo conducir.
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