Por mucho que disimules no puedes ocultarlo. Eres un enfermo crónico que vive en un mundo aburrido e incoloro. Vives temeroso, te escondes de todo lo que brilla. Por eso eres tan hijo de puta. No eres capaz de disfrutar de todoo lo que nos ofrece esta ciudad, no deseas nada aparte de amasar crédito. No sabes lo que es tener el estómago encogido por culpa de alguien, pasar las noches en vela, suspirar por la muerte sin atreverte a llamarla tú mismo. Ahora, allí dentro, mi chica duerme placidamente, feliz porque se creen muy zorra. Piensa que soy un viejo infeliz que pago demasiado por su amor, pero no sabe que mis relgalos no valen nada en comparación con lo que ella me entrega. ¿Te doy asco? ¿Te da ella asco? Ése es tu problema. Todos te damos náuseas, como si tú fueras mejor. Detrás de tu crueldad descubro a un idealista, y eso sí que me repugna. Los idealistas odian a la gente y al universo, no saben apreciar lo que hay, quieren algo mejor y eso les convierte en fanáticos. No saben saborear el horror. Tampoco aceptarlo como la otra cara de la belleza.
Cazadores de Luz, de Nicolás Casariego, 2004.
True Detective.
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Resecos los ojos de no querer pestañear mientras te adentras en *True
Detective. Antología de lecturas no obligatorias*. Esperan otros quehaceres
pero que...
Hace 10 años
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